En estos días mucho se está hablando de educación y de los recortes que en la misma está haciendo este gobierno. Manifestaciones, encierros, marchas, parones, etc. es lo que los estudiantes, profesores y padres han convocado ante una de las mayores INJUSTICIAS de la democracia. Hace dos días haciendo zapping una tarde cualquiera llegué al canal Onda Luz televisión y estaban emitiendo un programa de debate donde había tres personas debatiendo y un presentador (más preocupado en no despeinarse que en lo que sucedía en la mesa). Una de esas personas, una mujer que no sé cómo se llama y, sinceramente, ni me importa lo más mínimo, decía que "el problema de la educación es que hay demasiados estudiantes. Todos no tienen derecho a acceder a la universidad porque si todos tienen las mismas condiciones las facultades se convierten en lo que son, unas fábricas de parados". Bueno, inmediatamente mi intención fue tirar el mando hacia la pantalla pero, como no iba a darle ni tengo para comprarme una tele nueva lo dejé puesto, aunque mi indignación crecía más por momentos. Sí que es verdad que dijo algunas cosas en las que llevaba razón, como por ejemplo que hay algunos estudiantes que van a estudiar simplemente para vivir de una beca y no hacer nada. Sobre lo que dijo anteriormente he de decirle a esa señora, por llamarla de alguna forma, ¿Por qué no todo el mundo puede acceder a las universidades? ¿Acaso está usted sugiriendo que sólo las personas con una situación económica acomodada puedan acceder a las universidades? y por último ¿se está usted oyendo, señora?
La educación es algo con lo que NUNCA SE DEBERÍA COMERCIAR porque una buena educación en el presente es un buen futuro, pero claro, los políticos JAMÁS piensan en el futuro, siempre piensan en el presente, perdón, SU presente, el que no va más allá de los votos que puedan conseguir. Todo el mundo sabe que un pueblo inculto es un pueblo altamente sugestionable y domesticable. Es muy fácil engañar a una persona inculta (no siendo inculta sinónimo de no universitaria). ESE y no otro es por lo que se recorta en educación. Si el pueblo no estudia es más fácil de manipular y por tanto, menos protestón ante las mamarrachadas que llevan a cabo los gobiernos actuales, los anteriores y, mucho me temo que los posteriores.
Hoy tengo ganas de decir BASTA, a ver si se enteran de una vez de que un pueblo no mide su riqueza en millones sino en cultura. BASTA de que los políticos se crean que son los que mandan. No, señores inútiles, no mandáis, mandamos nosotros porque gracias a nosotros estáis contratados por cuatro años. Ahora llegó el momento de darle el finiquito y a esperar a otro que ocupe su puesto porque esto se hunde y estos gobernantes no hacen nada por evitarlo, al contrario, en vez de achicar agua lo que hacen es meter más peso en el barco. Ya BASTA de tomar al pueblo por tonto.
SÍ a una educación universal y pública.
NO a nuestros dirigentes.
NO a esta democracia, SÍ a la DEMOCRACIA, sí, esa que no se da desde Atenas.
sábado, 20 de octubre de 2012
lunes, 15 de octubre de 2012
Simplemente contar una historia
Hace unos años y de la mano de una profesora de Lengua Castellana y Literatura llegué a dos películas nacidas en el país vecino, Francia. Se trataba de La fortuna de vivir y La cena de los idiotas. Son dos películas que, siendo muy diferentes entre ellas, tienen una cosa en común: ambas quieren simplemente contar una historia. A lo largo de estos años me he ido encontrando con otras películas cuyo fin último no era más que ese, contar una historia sin que efectos especiales, apariciones estelares o nuevas tecnologías hagan acto de presencia. Hoy hablaré de algunas obras de este tipo que nos regalado el país del "crêpe", aunque este gusto cinematográfico no es exclusivo de este país pues me he encontrado películas así en todos los lugares, pero me centraré en tres películas francesas en concreto.
La primera de ellas es La fortuna de vivir, una película dirigida por Jean Becker y que cuenta la historia de varios personajes que viven en un pantano. La amistad entre ellos y otras personas de la ciudad nos sirve de hilo conductor para reflexionar sobre el valor de la vida, de la amistad, del amor, de la igualdad y finalmente del "progreso" de la humanidad que se impone ante estos valores. Una película deliciosa en todos los sentidos, desde su banda sonora, su imagen, sus paisajes, hasta un guión sublime llevado a la práctica por grandísimos actores entre los que destaco a Jacques Villeret. Una historia contada dejando que fluya tranquilamente, como tranquila es la vida del pantano.
La siguiente es totalmente distinta en lo anterior. Se trata de una comedia de Francis Veber, dirigida y escrita por él, La cena de los idiotas. Originalmente fue concebida para teatro, como así fue, pero se decidió llevar a la gran pantalla. Aun así, su espíritu teatral siguió en ella, ya que es una obra que tiene como atractivo el salón de una casa, un teléfono, dos actores principales y un buen número de actores secundarios que van llevando esta comedia hasta su clímax. Hace relativamente poco tiempo, esta película dio el salto a Estados Unidos, cuya industria, cada vez más falta de ideas, quiso hacerse de oro con el humor de este francés. No he visto su versión americana y, sinceramente, no quiero verla pues, si es lo mismo pero con otros actores, para qué cambiar si esta versión es ya de por sí PERFECTA.
Y por último me centraré en la película más reciente de las que voy a hablar, se trata de Los chicos del coro, la ópera prima de Christophe Barratier. Un colegio de niños donde la norma es tan estricta que rebasa todos los límites morales y un profesor que llega al centro. La música como unificadora y como poderosa para amansar a las fieras es de lo que nos habla esta película cuya banda sonora es una auténtica maravilla con voces angelicales que hacen todavía más crecer su calidad.
En definitiva, con esta entrada a la que podría añadir otros títulos franceses como Dejad de quererme, Conversaciones con mi jardinero, Salir del armario o Mis tardes con Margueritte, sólo quiero expresar que l cine no es un escaparate de los progresos de la tecnología, que muchas veces olvidamos que el cine también sirve para contar historia. Al igual que con la literatura nos asomamos a una historia, el cine se asoma a nosotros para contarnos historias que nos hagan reflexionar, emocionarnos, reírnos, etc. Recomiendo todas estas películas que muchos tacharán de aburridas, como se dice: "nunca llueve a gusto de todos", pero cada vez que pueda yo volveré a verlas y seguiré prefiriendo este cine (sin despreciar cualquier otro tipo, por supuesto).
La primera de ellas es La fortuna de vivir, una película dirigida por Jean Becker y que cuenta la historia de varios personajes que viven en un pantano. La amistad entre ellos y otras personas de la ciudad nos sirve de hilo conductor para reflexionar sobre el valor de la vida, de la amistad, del amor, de la igualdad y finalmente del "progreso" de la humanidad que se impone ante estos valores. Una película deliciosa en todos los sentidos, desde su banda sonora, su imagen, sus paisajes, hasta un guión sublime llevado a la práctica por grandísimos actores entre los que destaco a Jacques Villeret. Una historia contada dejando que fluya tranquilamente, como tranquila es la vida del pantano.
La siguiente es totalmente distinta en lo anterior. Se trata de una comedia de Francis Veber, dirigida y escrita por él, La cena de los idiotas. Originalmente fue concebida para teatro, como así fue, pero se decidió llevar a la gran pantalla. Aun así, su espíritu teatral siguió en ella, ya que es una obra que tiene como atractivo el salón de una casa, un teléfono, dos actores principales y un buen número de actores secundarios que van llevando esta comedia hasta su clímax. Hace relativamente poco tiempo, esta película dio el salto a Estados Unidos, cuya industria, cada vez más falta de ideas, quiso hacerse de oro con el humor de este francés. No he visto su versión americana y, sinceramente, no quiero verla pues, si es lo mismo pero con otros actores, para qué cambiar si esta versión es ya de por sí PERFECTA.
Y por último me centraré en la película más reciente de las que voy a hablar, se trata de Los chicos del coro, la ópera prima de Christophe Barratier. Un colegio de niños donde la norma es tan estricta que rebasa todos los límites morales y un profesor que llega al centro. La música como unificadora y como poderosa para amansar a las fieras es de lo que nos habla esta película cuya banda sonora es una auténtica maravilla con voces angelicales que hacen todavía más crecer su calidad.
En definitiva, con esta entrada a la que podría añadir otros títulos franceses como Dejad de quererme, Conversaciones con mi jardinero, Salir del armario o Mis tardes con Margueritte, sólo quiero expresar que l cine no es un escaparate de los progresos de la tecnología, que muchas veces olvidamos que el cine también sirve para contar historia. Al igual que con la literatura nos asomamos a una historia, el cine se asoma a nosotros para contarnos historias que nos hagan reflexionar, emocionarnos, reírnos, etc. Recomiendo todas estas películas que muchos tacharán de aburridas, como se dice: "nunca llueve a gusto de todos", pero cada vez que pueda yo volveré a verlas y seguiré prefiriendo este cine (sin despreciar cualquier otro tipo, por supuesto).
sábado, 13 de octubre de 2012
La música no tiene edad
Anoche tuve la oportunidad de asistir a un concierto del grupo Dos y Dos son Cinco en el Café-Teatro El Vagamundos de Cádiz. La música que hacen, perdón, que sienten estos señores no es otra que la de toda la vida, la que pone banda sonora a la vida de varias generaciones. Habrá quien diga que son canciones de viejos, que están pasadas de moda pero me pregunto yo ¿Una buena letra con una buena música está pasada de moda? si es así estamos perdiendo el norte. La música no entiende de edades ni del paso del tiempo, la música tiene la capacidad de hacer sentir a las personas y eso lo consiguen las buenas canciones como las que escuché ayer. Paco Rosado, gran persona y un melómano de los que disfrutan con la música bien hecha, y Manuel Rodríguez, una voz incomparable y todo sentimiento encima de un escenario, acompañados por guitarra, percusión y bajo (todos ellos espectaculares) hicieron desfilar por el escenario del local gaditano canciones de Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Alberto Cortez, Carlos Gardel, Antonio Flores, etc.
Todo comenzó de una manera inmejorable, con la canción protagonista de la primera entrada de este blog Hoy puede ser un gran día de Joan Manuel Serrat y prosiguió con canciones como Castillos en el Aire, Volver, Quién me ha robado el mes de abril, Alfonsina y el mar, etc. Todas ellas interpretadas como ellos mismos dicen "con el corazón". Paco y Manuel ponen el alma en cada verso, en cada nota y eso hace que "aunque mi garganta falle me perdona el auditorio" como escribiera Paco Rosado en una de sus chirigotas.
Esta noche mágica que continuó con más canciones y amigos en el K'serón del 3x4, me hizo reflexionar sobre el poder de la música. Ahí estaba yo, de 22 años junto con personas que me triplicaban la edad disfrutando de igual forma porque la música es quien tiene ese poder único, inigualable e insuperable de unir a las personas. La música "es el verdadero lenguaje universal" según declaró el compositor Carl Maria Von Weber. Es una frase llena de razón, la música es el único punto de encuentro entre todas las culturas, edades, estamentos, etc. La música no es un simple sonido de fondo mientras se hace algo, es algo que va más allá, es una forma de sentir, de expresar, de compartir, la música es la vida misma.
A esos cinco hombres quiero dar las gracias por lo que me hicisteis sentir ayer, fue una noche inolvidable y llena de canciones que están ya en la banda sonora de mi vida.
Todo comenzó de una manera inmejorable, con la canción protagonista de la primera entrada de este blog Hoy puede ser un gran día de Joan Manuel Serrat y prosiguió con canciones como Castillos en el Aire, Volver, Quién me ha robado el mes de abril, Alfonsina y el mar, etc. Todas ellas interpretadas como ellos mismos dicen "con el corazón". Paco y Manuel ponen el alma en cada verso, en cada nota y eso hace que "aunque mi garganta falle me perdona el auditorio" como escribiera Paco Rosado en una de sus chirigotas.
Esta noche mágica que continuó con más canciones y amigos en el K'serón del 3x4, me hizo reflexionar sobre el poder de la música. Ahí estaba yo, de 22 años junto con personas que me triplicaban la edad disfrutando de igual forma porque la música es quien tiene ese poder único, inigualable e insuperable de unir a las personas. La música "es el verdadero lenguaje universal" según declaró el compositor Carl Maria Von Weber. Es una frase llena de razón, la música es el único punto de encuentro entre todas las culturas, edades, estamentos, etc. La música no es un simple sonido de fondo mientras se hace algo, es algo que va más allá, es una forma de sentir, de expresar, de compartir, la música es la vida misma.
A esos cinco hombres quiero dar las gracias por lo que me hicisteis sentir ayer, fue una noche inolvidable y llena de canciones que están ya en la banda sonora de mi vida.
Como diría Friedrich Nietzsche: "Sin música la vida sería un error".
viernes, 12 de octubre de 2012
Hoy es un gran día
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